Juan 15.18-16.4 / El mundo aborrece a quienes siguen las huellas de Jesús

Aquí Jesús afirma siete veces que sus discípulos serán odiados/aborrecidos por el mundo.

El tema de la persecución no es uno de mis favoritos. No quiero que me entiendan mal. Creo que la persecución y el martirio fueron cuestiones que marcaron la historia de fe de la iglesia primitiva, y también la de los anabautistas del siglo XVI.

Pero mi reacción negativa surge mayormente por haber vivido más de 30 años en un grupo religioso, que en el que lo único que predicaban, y casi que anhelaban, era la persecución. Todas sus profecías escatológicas rondaban en torno a una “supuesta” persecución mundial, impulsada por los Estados Unidos y el Vaticano contra los que guardan el sábado como día de reposo.

Y la locura relativa a esto no terminaba allí, sino que entrenaban a los niños y jóvenes para sobrevivir escondidos en los montes y en las cuevas cuando “esta persecución sucediera”.

El delirio de esta gente era ver en cada noticia, el anuncio de “la ley dominical” y el comienzo de la persecución. Cualquier suceso internacional, y cualquier frase de algún político norteamericano era y es para ellos la señal inequívoca que la persecución se está por desatar. Y no estoy hablando de David Koresh, ni tampoco de Jim Jones. Se trata de un grupo bastante respetado en la sociedad actual.

Pero sí creo que ocurren y ocurrirán persecuciones de algún tipo. El texto habla de aborrecer, palabra muy mencionada en el texto de análisis: μισεῖ (odiar, aborrecer), aparece 7 veces:

1. Si el mundo los aborrece… (v. 18)
2. tengan presente que antes que a ustedes me aborreció a mí. (v.18)
3. No son del mundo… Yo les he escogido… Por eso el mundo les aborrece. (v. 19)
4. El que me aborrece a mí… (v. 23)
5. también aborrece a mi Padre. (v. 23)
6. Han visto las obras…  y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han aborrecido. (v.24)
7. Me aborrecieron sin motivo. (v. 25)

El texto es abiertamente Trinitario, como lo viene siendo desde el capítulo 14, ya que incluye a Jesús, al Padre y al Espíritu Santo.

Cuando venga el Consolador que yo les enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él testificará acerca de mí.Y también ustedes darán testimonio porque han estado conmigo desde el principio. (15. 26-27)

La temática aquí tiene que ver con el rechazo del mundo, no por una locura que se le ocurrió a alguien como Jim Jones. Lo que estaba ocurriendo allí eran crímenes de lesa humanidad, y no tuvo nada que ver con ningún tipo de persecución religiosa.

Hay que estar enfermo mentalmente, para pensar que uno será perseguido por usar una corbata verde, o por no comer papas fritas. Eso raya en la locura, en un delirio de persecución.

Pero sí es factible que existan sistemas de dominación mundial que puedan oponerse contra ciertos grupos de personas. Recordemos cómo el comunismo persiguió en el siglo XX a los cristianos. Recordemos cómo los nazis persiguieron a los judios. Y así también, hay organizaciones que tienen verificado cómo en más de 50 países del mundo actualmente se persigue a cualquiera que quiera ser cristiano.

No estoy seguro si escatológicamente surgirá una persecución final, tipo la del imperio romano en los siglos I y II. Pienso que el tema de las vacunas no ha sido una persecución contra los cristianos, ya que la mayor parte de la gente debía vacunarse en años pasados.

El texto aquí estaba dirigido a los discípulos, y de los 11 que quedaron, 10 murieron siendo mártires por fe en Jesús. Lo que hoy pasamos los cristianos en América Latina es bulebú, en comparación a lo que pasaron los cristianos de los primeros siglos.

Y si viniera una persecución implacable, pienso que de nada serviría pasar ahora angustiados, aprendiendo a hacer fogatas sin fósforos y cosas por el estilo para ese momento. Lo que importa ahora es seguir las huellas de Jesús. Y ¿qué importa lo que venga en el futuro? Es cosa de necios vivir pensando que nos perseguirán porque tenemos una calcomanía por el auto con un versículo bíblico.

De alguna manera, pienso que sí, el mundo nos odia, nos odia si decidimos vivir una vida llena de fe y de esperanza; si vivimos una vida de confianza, de perdón y de reconciliación, ya que mucha gente no se explica cómo un cristiano avanza por la vida tranquilo, siendo ético, evitando transgredir las leyes de tránsito, sin pagar coimas de ningún tipo, sin andar sobornando a nadie. Ellos se mueren de la rabia cuando ven a un cristiano sensato y humilde, que no se junta con los muchachos a planear planes perversos. Pero más allá de eso, muchos se llenan de ira, al ver a personas con una Biblia, que no andan presumiendo, sino que simplemente viven el evangelio de Jesús.

Las persecuciones que vienen y que vendrán no serán por ir a tal o cual iglesia, ni por usar tal o cual tipo de ropa, ni tampoco por guardar o no un día de reposo.

Vendrán queramos o no, si somos parecidos a Jesús. Que nuestra fe no flaquee, y sigamos adelante, caminando en las huellas de Jesús.

Bendiciones y ¡hasta la próxima!

• Wolfgang A. Streich

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